Friday, June 4, 2010

Te van a dar Raúl

Raulito tiene apenas tres semanas de haber ingresado a la factoría y ya se ha convertido en el terror de las mujeres. Todas le temen, incluso aquellas que han rebasado los cuarenta. Es que el muchacho, chele y bien parecido, que aparenta tener entre 18 y 20 años de edad, está con las hormonas alteradas, como dicen sus víctimas. Al principio parecía que no rompía ni un plato, por eso se ganó el diminutivo de Raulito, pero ahora aborda a las féminas con tal ímpetu que espanta. Su estrategia comienza con una sonrisa amplia y una conversación trivial. Mientras va hablando, por ejemplo del calor que hace en estos días, pasa su mano por el hombro de la muchacha que se cruzó en su camino y de ahí sigue con sus toques hacia la cintura y otras partes del cuerpo. Usualmente recibe un insulto o un empujón violento como respuesta, pero él lo toma como un cumplido y se aleja a buscar otra víctima. Las miradas de Raúl, llenas de deseo sirven de cometario entre la gente del trabajo. Basta seguir su mirada y uno ya sabe dónde está mirando el chico.

Las quejas ya han llegado al supervisor y éste ha llamado a Raulito para explicarle que lo que está haciendo se llama acoso sexual, que puede ir detenido y que si sigue en sus andanzas va a ser despedido del trabajo. Nada parece detener las ínfulas del joven Raúl, que sostiene que toca a las mujeres porque les gusta y él es un experto amante. También asegura que las amenazas por acoso nunca se cumplen porque se necesita valor y hasta ahora nadie ha tenido el suficiente para hacerle detener. Sobre el trabajo opina que cuando uno está legal en este país es fácil encontrar otra chamba.

Lo que no sabe Raulito es que varias mujeres se han puesto de acuerdo y han hablado con sus maridos y en uno de estos días ellos le van a dar su merecido por mañoso y mani-larga -como dice una de ellas en un susurro- y tampoco va a se necesario denunciarle, para qué, no hará falta.

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