Friday, March 2, 2012

Manuel en el banco

Manuel quiere cerrar su cuenta corriente porque una empleada de un famoso banco le maltrató. Fue un sábado, único día libre de Manuel, cuando llegó hasta la sucursal bancaria y se quedó asombrado ante la cantidad de gente que esperaba para ser atendida. Se acercó hasta el sitio denominado “servicio al cliente” donde una muchacha le preguntó muy seria que necesitaba.
Manuel le explicó que su cuenta estaba bloqueada y no podía retirar su dinero a pesar de tener fondos suficientes. La muchacha le dijo que anotara su nombre en un cuaderno y le advirtió que debía esperar mucho tiempo para ser atendido. Manuel le dijo que ella podría resolverle su pregunta con sólo revisar su cuenta corriente desde la computadora a su disposición y ella le dijo que esa no era su función. Manuel le contestó que anteriormente le habían ayudado a resolver dudas y ella le interrumpió diciendo que “eso fue antes”, ahora tenía que ponerse en turno como todo el mundo. Manuel le replicó que ella podría ayudar a la gente a no tener que esperar tanto tiempo por transacciones simples y eso se llamaba eficiencia, la muchacha enojada le contestó que nadie le iba a enseñar su trabajo. Manuel le dijo que en otros bancos la atención al cliente era una prioridad y recibían un trato amable. La muchacha en tono despectivo le dijo que “entonces porqué no iba a los otros bancos y dejara de quejarse”, que por último hiciera lo que creyera mejor. Manuel pidió hablar con el gerente y la muchacha le dijo que si quería hablar con él anotara su nombre en el cuaderno y esperara su turno y se alejó.
En ese momento decidió cerrar su cuenta y lo ratificó cuando quiso elevar su queja al gerente y este le respondió que no era nada, sólo un mal día de la muchacha y le despidió con una palmada en la espalda y una sonrisa de estudio.
Manuel contó su caso en la factoría y hubo más gente que había tenido experiencias similares con los bancos como incrementos en los costos por mantenimiento, cuentas bloqueadas, penalizaciones por no tener un mínimo en la cuenta corriente y cobros inmediatos por falta de fondos aunque hubiera dinero depositado en cheques, entre otros casos.
La idea que surgió fue un cierre masivo de las cuentas y pedir a la factoría que suspenda los depósitos directos. Esta historia continuará porque casualmente en estos días la prensa publicó que mas de cinco millones de personas se han cambiado de banco por la experiencia vivida por Manuel.

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