Friday, August 5, 2011

No es amor

Reina asegura que conquistó a su hombre por necesidad y no por amor. Con él tuvo un hijo hace 14 años, con lo que son siete los hijos que debe mantener.
Reina era apenas una adolescente cuando conoció al hombre que sería el padre de sus tres hijos y tres hijas. Era un tipo duro aunque tierno con ella. Al principio de la unión tuvieron esa armonía que todos quisieran tener con su pareja. El se desvivía por atenderle, trabajaba de sol a sol y siempre tenía tiempo para jugar con los niños aunque estuviera cansado. Para mejorar sus ingresos aceptó un trabajo que le alejó para siempre del lado de Reina. Comenzó tomando licor y terminó en el vicio de las drogas. El hombre se convirtió en un ogro, le despidieron del trabajo y buscó refugió en su casa. Primero vendió las joyas de Reina, luego todos los enseres de la casa. La familia durmió por un año en el suelo, durante el plazo que se impuso Reina para tomar una decisión. Fue un año de violencia, de palizas brutales, de degradación moral, de entradas y salidas de la cárcel.
El hombre fue en la noche y robó el techo de la casa de su madre que había sido puesto en la mañana y eso terminó convenciendo a Reina de dar el paso final: acomodó a sus hijos en un transporte público y se fue al pueblo de sus padres donde comenzó una nueva vida llena de prioridades y de necesidades extremas pero sola. Hizo varios trabajos que no eran rentables, hasta que consiguió un puesto de venta de comida en el mercado del pueblo. Su sazón gustó tanto que la clientela hacía fila para comprar su comida. Con el dinero ganado comenzó a pagar un sinfín de deudas que había adquirido y ya hacía planes para el futuro cuando se peleó con su familia. En un solo día se encontró en la calle, con sus hijos y sin dinero, todos sus ahorros se perdieron.
Llegaba la noche cuando Victor se ofreció a darles hospedaje hasta que pudieran encontrar un sitio para vivir. El tiempo pasó y Reina siguió junto a él. Victor se convirtió en padre sustituto y terminó de ayudarles a crecer. La mayoría de hijos se fue a fundar su propia familia y ya quedan sólo dos que muy pronto levantarán vuelo. Nadie como Victor, tan callado, tan solidario, tan humano.
Hace pocos días Reina se enteró que al padre de sus seis hijos le habían matado, murió en su ley. Ella dice que guarda de él sólo los mejores recuerdos porque los malos están enterrados hace mucho tiempo. Mira hacia el lado de Victor y con convicción asegura que es con él con quien le gustaría terminar de envejecer. Las miradas de complicidad que se cruzan dicen más que mil palabras.

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