Wednesday, August 25, 2010

Se fueron de uno en uno

Llegaron hace tres semanas a la factoría en número de cuatro. El supervisor pidió a Gabino que les entrene en las tareas cotidianas y más pesadas, se supone que llegaban como apoyo en una temporada de mucho trabajo y bastante esfuerzo físico.
El primero en partir fue Armando, un hombre que respondió “mándale a él que no hace nada”, ante el pedido de Gabino de poner unas cajas en el camión de reparto. Armando se fue ese mismo día por su voluntad, nadie le hechó, tal vez sintió vergüenza por su respuesta o simplemente supo que no había futuro para él en la factoría.

El segundo en irse fue Michael, un hombre elegante, de buen gusto en el vestir, pero demasiado moderno para cumplir las tareas que se le sugerían. Todo el tiempo, desde que llegaba hasta que partía tenía en su mano el celular y chateaba. Si tenía que mover mercadería, paraba y enviaba mensajes de texto, cuando quería volver a mover las cajas recibía el mensaje de regreso y respondía. Lo que una persona normal hace en una hora, Michael lo hacía en cuatro. Duró en la factoría apenas tres días, lo hechó el supervisor después de encontrarle escondido enviando mensajes de texto.

El tercero, Juan Carlos, apenas entendía la lógica del trabajo, se resistía a usar la computadora, herramienta básica en el trabajo, pero era muy afanoso en mover mercadería. Terminó una semana de trabajo y nunca más apareció por esos lados.

Y quedó Luis, un hombre con una mirada llena de cólera, que no aceptaba sugerencias de ningún hispano y sí del gringo supervisor. Luis se jactaba de ser economista, decía que en su país había organizado una bodega de una compañía muy importante de insumos alimenticios. A la primera oportunidad, criticaba la forma de trabajar de Gabino y su equipo, se quejaba de la falta de espacio, y del calor en estos tiempos de verano. Un día llegó más enojado que de costumbre,entró con una actitud de pocos amigos y cuando Gabino le pidió que hiciera una tarea, le miró con aquella mirada de odio y cólera, tiró por el piso una caja que tenía en sus manos y salió como alguien sale de prisión a la libertad.
Ahora Gabino tiene la fama de ser quien despide al personal, que es intolerante y no soporta a nadie a su lado, que quiere ser el rey de la factoría. Unos lo dicen con malicia, pero la mayoría sólo comenta por molestar, porque saben que Gabino no es el único pero sí el mejor, bueno, esto lo dice sólo para sus adentros.

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