Saturday, February 26, 2011

El Regreso de Luis

Luis manejaba su auto viejo por el parkway y de pronto las luces intermitentes de la policía le obligaron a parar. Su corazón latía a prisa mientras miraba por el retrovisor el patrullero y al policía que se tomaba su tiempo antes de bajar. Luis hacía memoria para recordar alguna infracción cometida, pero no, él manejaba con mucha precaución, precisamente para evitar encuentros con la ley. Al fin, el uniformado se acercó hasta la ventana del auto de Luis y habló algo que el muchacho no entendió porque no habla inglés. El policía hablaba cada vez más fuerte y Luis no decía nada, estaba petrificado en el asiento. Hasta que la puerta del auto se abrió de golpe y entendió que debía bajarse.
El policía le palpó todo el cuerpo, le sacó del bolsillo una vieja billetera a la que desarmó en busca de algo que no encontró. Luego buscó en el auto palmo a palmo y por último le llevó esposado hasta el patrullero. Después los acontecimientos pasaron a una velocidad increíble. Tras su detención, Luis pasó a manos de agentes de inmigración por estar indocumentado, le movilizaron por varias prisiones en diferentes Estados y después de tres meses le deportaron a su país de origen.
Mientras estaba detenido su familia comenzó a peregrinar por las oficinas de diferentes abogados. Todos ofrecieron resolver el caso pero a cambio de sumas increíblemente altas de dinero. Terminaron con un abogado americano que tras el pago de varios miles de dólares prometió poner en libertad a Luis. Puro ofrecimiento. Nunca apareció ante la Corte y nunca hizo nada para evitar la deportación de Luis. La familia pidió al abogado el dinero de vuelta pero recibió amenazas y decidió dejar también como perdido.
Mientras tanto ya había llegado a su pueblo, a sus familiares les dijo que estaba de paseo y que pronto tenía que regresar a Estados Unidos porque le esperaban su esposa y sus dos hijos pequeños, uno de ellos recién nacido.
Pasó cerca de tres semanas, se endeudó y emprendió el viaje de regreso, el mismo que había hecho hace cinco años, sólo que esta vez traía la idea fija de reunirse con su familia. La última vez que habló con su esposa fue hace un mes y desde allí sólo el silencio. La mujer de Luis sonríe esperanzada, sabe que la tenacidad de su esposo le permitirá evadir cualquier obstáculo. Ahora dice que sería maravilloso que llegue antes de fin de año porque para navidad no vino, ella quería ir con Luis a comprar juguetes para sus niños y ropa para los dos. Dice que lo hará cuando él llegue, aunque sea a mediados de año, porque está convencida de que así será y ella siempre acierta.

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