Saturday, February 26, 2011

Viejos Zapatos

Parecerá una locura decir que se siente nostalgia por un par de zapatos viejos y rotos que están a punto de botarse a la basura, pero es cierto. Ellos ya cumplieron con su ciclo: fueron aliados y cómplices, celestinos y parceros. Estuvieron en las buenas y en las malas, con sol, lluvia, nieve, lodo, arena, siempre se comportaron a la altura. Reposaron mansos en la alfombra y debajo de la cama, esperaron con paciencia por su dueño tantas veces, caminaron de la casa al trabajo y de vuelta a la casa en un círculo repetido y aburrido.
La nostalgia que siente Luis tal vez venga de la infeliz coincidencia de la despedida de Lorena y la rotura de la suela de uno de los zapatos, es decir, tanto ella como los zapatos dejaron de compartir para siempre la vida con él que les quiso un mundo. Los zapatos y ella le hicieron dichoso, cada uno a su modo. Lorena con su sonrisa iluminada, con sus ojos habladores y sus caricias que eran un bálsamo; los zapatos con esa suavidad única e irrepetible. Los dos, los zapatos y ella, participaron largo tiempo en la vida de él que será difícil olvidarles. A su memoria vienen las palabras dichas como una sentencia por una buena amiga suya: “Los hombres y los zapatos están íntimamente relacionados con las mujeres, hay zapatos que aprietan y molestan igual que los hombres, pero hay otros que se adaptan como un guante y son una maravilla”, Luis piensa si Lorena alguna vez le comparó con unos zapatos y sonríe con tristeza porque ya es tarde para averiguarlo.
Luis todavía no se acostumbra al silencio de su cuarto. A esta hora se quitaba los zapatos y se recostaba junto a ella para conversar o amar. Ahora en esta soledad profunda se repiten en su cabeza las últimas palabras que ella le dijo antes de abandonarle: “ya no podemos vivir así, me regreso a mi país, ahí tendré por lo menos para comer” y todo porque él y ella se quedaron sin trabajo y sin dinero para sostener esta relación que como se ve, más se alimentaba de comida que de amor.
Ella y los zapatos comenzarán a ser un recuerdo, aunque ahora son todavía un pensamiento nítido pero lacrimoso, pero es seguro que con el pasar de los días esa evocación se irá llenando de sombras, desaparecerá en la niebla del tiempo y el olvido. Sabe que vendrán nuevos tiempos, nuevos zapatos y una nueva pareja, pero hasta tanto nadie le quita la pena de haber perdido de un solo tajo a su pareja y a sus zapatos, que en paz descansen.
Tomará tiempo acostumbrarse y adaptarse a lo que está por venir, peor o mejor, nunca se sabe.

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