Thursday, January 5, 2012

Sin respuestas

No sabe cuándo empezó a detestarle y menos recuerda cuando el odio hacia él se volvió insoportable. Sólo tiene en su mente el día en que le pidió que se fuera.
Fueron cinco años de unión y el último de desunión. Todo se volvió una ruina. Juana comenzó a sentir un abandono, una desazón que nunca antes había tenido. Miraba a su hombre y no sentía nada a pesar de que él era buen tipo. Cuando conoció a Roberto deseó con todas sus fuerzas sentir amor hacia él pero no pudo, no le nació del corazón y menos de la mente, por lo que decidió fingir que le amaba y así comenzaron a vivir juntos. Después de una convivencia tranquila, ella tomó conciencia que junto a él los días pasaban lentos, pausados, interminables, especialmente cuando Roberto se ponía cariñoso y la buscaba. Comenzó a rechazarle con cualquier pretexto, pero él insistía, casi la forzaba y era peor. Ella cerraba los ojos hasta que todo pasaba y era cuando se sentía sucia, utilizada, como un objeto. Después de unos meses soportando los acosos decidió buscar trabajo en la noche con lo que evitaba encontrarle a solas en la cama. Los fines de semana eran su pesadilla. Era patético verle a él esperándola después que ella se bañaba y salía a vestirse al dormitorio, era casi una violación, por eso decidió llevar su ropa al baño y salir completamente vestida. Este tipo de situaciones se repitieron incluso cuando salían a lavar la ropa, o iban de compras. No le quería a su lado, le estorbaba y se lo dijo. Hace poco, Juana habló con Roberto y llegaron a un acuerdo, él decidió irse de su lado. Sin amenazas ni lágrimas se dijeron adiós. El regresó a su país y ella ahora respira tranquila, libre al fin, aunque se pregunta cuándo fue que comenzó a detestar al hombre que un día le juró amar hasta la muerte.

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