Thursday, January 5, 2012

Carta perdida

Gabino recibió la orden de su supervisor de hacer una limpieza general de su área de trabajo. Hasta ese momento, decenas de cajas permanecían apiladas una sobre otra desde tiempos remotos. La mayoría contenía papeles caducados, ordenes repetidas, recibos, copias, en resumen todo era basura. Una a una las cajas eran revisadas y enviadas a la zona de reciclaje y en esto estaba Gabino cuando un sobre apareció entre tanto papel inútil. Era una carta de amor, fechada diez años atrás y por su contenido conmovedor decidió hacerla pública.
“Asumo la responsabilidad por las decisiones que tomamos, el irme tuvo su lado positivo, si me quedaba hubieras vivido un infierno de celos, acusaciones, malos tratos, desprecio, sospechas. Estar lejos y después de tantos años me ha servido para estabilizar mis emociones, no ha sido fácil, tuve períodos largos de incertidumbre, de no saber de vos, aprendí con dolor que la gente no vive de sueños o deseos y eso lo supe cuando me dijiste que deje de escribirte. Fue un proceso tenaz, de auto-compasión, de auto-destrucción, de sentirme culpable, de acusarme, de flagelarme. Sabía que tratabas de rehacer tu vida, que querías conocer a otra gente, que ibas a establecer otras relaciones y eso era válido, eran tus decisiones, eran tus prioridades, yo pertenecía al pasado y estaba tan lejos.
Sufrí mucho pero aprendí a entender que necesitabas apoyo, respaldo, amor, todo lo que yo ya no podía darte. Y comencé a olvidarte o por lo menos intenté olvidarte. Pasaron los años y reapareciste, recibí tu carta y fue como recibir un bálsamo para la pena, me emocionó volver a saber de vos pero no sabía lo que podía pasar, me puse cauto.
Supuse que tuviste decepciones y volvías los ojos hacia mí, hacia lo que fuimos, porque fuimos grandes, poderosos, mientras estuvimos juntos fuimos reales, sinceros, nos amamos de verdad, con amor, con pasión y entendí que eso tenía validez sobre todas las cosas. Cuando volviste a mi vida te recibí sin importarme nada de lo pasado, te recibí consciente, con la mente clara, te recibí como alguien real.
Ahora te veo como el hombre que eres, aquel que logró emprender solo y avanzar hacia nuevas metas y te admiro y veo que todo este tiempo sin mi te valió para crecer, lograste muchas cosas y las sigues logrando y vez, a lo mejor si me quedaba nada de lo que tienes lo hubieras conseguido, el sacrificio valió la pena. La vida nos ha cambiado. Sin embargo, nuestro amor está más fuerte. Estoy completamente segura. Voy a esperarte con la esperanza viva. Eso me ayudará a seguir. Te amo infinitamente”.

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